#3J - "Ni una menos"

Que los tapabocas no nos tapen los ojos...

Cinco años se cumplen de aquella multitudinaria movilización que nos reencontró en las calles, copando cuadras y cuadras, en distintos puntos del país. Cinco años pasaron de aquel hartazgo masivo, en el que unimos nuestras voces para gritar NI UNA MENOS. En mayo de 2015, en la ciudad de Rufino, provincia de Santa Fé, Manuel Mansilla, de 16 años, mató a Chiara Páez, adolescente de 14 años que estaba embarazada. 
El caso, no sólo conmocionó a la pequeña ciudad de casi veinte mil habitantes, sino que movilizó a las mujeres de un país entero - nos movilizó - en contra de la violencia machista.

"En 2008 mataron a una mujer cada 40 horas; en 2014, cada 30. En estos 7 años, los medios publicaron noticias sobre 1.808 femicidios. ¿Cuántas mujeres murieron asesinadas sólo por ser mujeres en 2015? No lo sabemos. Pero sí sabemos que tenemos que decir basta. En estos años, los femicidios dejaron cerca de 1500 niñas y niños huérfanos y algunos de ellos están obligados a convivir con los asesinos. El problema es de todos y de todas. La solución hay que construirla en conjunto. Necesitamos sumar compromisos para cambiar una cultura que tiende a pensar a la mujer como objeto de consumo y descarte y no como una persona autónoma."

Así comienza el manifiesto que se leyó aquel 3 de Junio de 2015. Hoy, cinco años después, mientras escribo estos renglones, me entero que el fiscal Fernando Rivarola, definió una violación grupal como "desahogo sexual". ¿Hasta cuándo?, me pregunto. ¿Hasta cuándo?

Hartas, cansadas, devastadas, ante tanto dolor, que sólo nosotras sentimos por dentro. Hartas, cansadas, devastadas, JUNTAS. Porque es en el momento en que matan a una de nosotras, el momento en el que también la semilla que llevamos dentro se vuelve más resistente y fuerte. Porque es en ese momento, en el que nos enteramos que mataron a otra piba, que queremos salir corriendo y abrazarnos con cada mujer del planeta. Porque nos violentaron durante años, y en pleno siglo XXI nos siguen matando, por el hecho de ser mujer. 

Vivimos en un mundo en el que si naces mujer, la vida, ya de por si, se te va a poner más difícil. Vivimos en un mundo que naturalizó la idea de que la mujer es sólo un cuerpo objeto de deseo y gestación de una nueva vida humana. Vivimos en un mundo en donde si sos mujer, es probable que tu salario sea inferior al del hombre. Vivimos en un mundo en el que nos denigran y acosan, si salimos vestidas de tal o cual manera por la calle, y que si nos violan, es "nuestra culpa", por haber usado la falda tan corta. Un mundo que también, nos enseñó, desde chicas a competir entre nosotras y envidiarnos. Un mundo que nos (mal) educó con novelas, películas, publicidades, cuentos e historias que nos hicieron creer que para ser felices necesitábamos tener un príncipe o un mister músculo al lado, para que nos solucione los problemas, o que tener un cuerpo como el de las publicidades iba a ser sinónimo de éxito. Un mundo que, por otro lado, nos enseñó a odiar y avergonzarnos de nuestra propia sangre menstrual y nos desconectó de nuestro propio cuerpo, silenciando al útero. Un mundo que nos obligó a esconder nuestros deseos, porque iban en contra de lo que la sociedad esperaba de nosotras. 

¡Sí, estamos hartas! Y en alerta. Con los ojos bien abiertos y un nudo en la garganta, sabiendo que hoy, en plena pandemia y aislamiento social preventivo y obligatorio, muchas mujeres, disidencias, niños, niñas, niñes y adolescentes están en sus hogares pasando más tiempo con su agresor. 

En lo que va del año, se registraron en nuestro país más de 117 femicidios. El 66% ocurrieron en la casa de la víctima, y el 68% fueron cometidos por una pareja o ex pareja, según datos extraídos del observatorio de Violencias de Género, Ahora Que Sí Nos Ven.


¡E S T A M O S - H A R T A S!

¡E S T A M O S - E N - L U C H A!

Ahora bien, ¿qué lugar ocupa la escuela?
La desigualdad entre varones y mujeres, no se supera con reformas legales, por ejemplo, logrando el derecho de las mujeres al voto, sino que para concretar la igualdad hay que enfrentar los aspectos sociales y culturales que ubican a las mujeres en una situación de inferioridad, publicó Simone de Beauvoir, filósofa y escritora francesa, en su libro "El Segundo Sexo", en 1949.

¿Cuáles son esos aspectos sociales y culturales, que aún hoy, transitando el año 2020, siguen reproduciéndose en las escuelas? ¿Cómo hacemos, desde la escuela, para abordar las situaciones de inferioridad entre varones y mujeres? ¿Cómo hacemos para construir relaciones afectivas basadas en el respeto y la igualdad de oportunidades? ¿Qué lugar ocupa la sexualidad?

En el año 2006, se sancionó en nuestro país la Ley 21.650, de Educación Sexual Integral, creando así el Plan Nacional de Educación Sexual Integral que busca garantizar el derecho a que todes les niñes del país reciban Educación Sexual Integral en los distintos niveles del sistema educativo de gestión estatal y privada, articulando aspectos biológicos, psicológicos, sociales, éticos y afectivos.

¿Cuáles son los objetivos de la Ley 21.650?
En su artículo tercero se expresan los siguientes objetivos. 

a) Incorporar la educación sexual integral dentro de las propuestas educativas orientadas a la formación armónica, equilibrada y permanente de las personas;

b) Asegurar la transmisión de conocimientos pertinentes, precisos, confiables, y actualizados sobre los distintos aspectos involucrados en la educación sexual integral;

c) Promover actitudes responsables ante la sexualidad;

d) Prevenir los problemas relacionados con la salud en general y la salud sexual reproductiva particular;

e) Promover igualdad de trato y oportunidades para varones y mujeres.

¿Cómo abordamos estos objetivos en los distintos niveles del sistema educativo?
Teniendo en cuenta los Lineamientos Curriculares para cada nivel, en donde se explicitan los contenidos y propósitos para que las distintas instituciones educativas, articulen sus proyectos instituciones, con la Ley Nacional de Educación Sexual, promoviendo y generando espacios para que la E.S.I sea transversal a todas las áreas y disciplinas. 

Entrevista a Graciela Morgade

¿Cuáles son los Lineamientos Curriculares y cómo están organizados?
En la página oficial del Programa Nacional de Educación Sexual Integral se encuentra un enlace para descargar los lineamientos de cada nivel educativo.




En CABA, la Ley 2.110, creó los Lineamientos Curriculares de la ESI para el Nivel Primario, donde se detallan los propósitos formativos, objetivos y contenidos a abordar en cada grado y ciclo de la enseñanza primaria por parte de les docentes e instituciones educativas.

Sin embargo, sabemos que muchas veces, ésto queda librado a las buenas voluntades de los colegas. Sabemos que, en muchas instituciones, solo se habla de ESI cuando "bajan" del Ministerio las Jornadas Institucionales. Sabemos, que existen docentes que se niegan a asumir sus compromisos e incumplen con la ley. Sabemos que faltan capacitaciones masivas sobre ESI y perspectiva de género. Sabemos también, que muchos directores que fueron denunciados por violentos y acosadores aún siguen en sus cargos. Sabemos que hay muchos que prefieren mirar para otro lado cuando hablamos de la importancia de tener proyectos institucionales que articulen transversalmente con todas las áreas y disciplinas cuestiones de género. Sabemos que existe mucha desinformación y que distintos sectores conservadores del país, gastaron fortunas en la campaña nefasta "Con mis hijos no te metas" para intentar apañar nuestras voces. 

¿A qué le temen?, me pregunto, ¿cuál es el miedo? ¿Darse cuenta que les niñes son sujetos de derecho y no son propiedad de nadie? ¿Darse cuenta que con esta ley, fueron muchas las denuncias sobre acoso sexual infantil que se hicieron y desterraron redes asquerosas, nefastas y cínicas de pedofilia, que tenían como protagonistas a distintos curas y sacerdotes? ¿A qué le teme la iglesia? ¿Cuáles son sus fundamentos?  

¿Cuáles son las incomodidades que atravesamos les docentes a la hora de pensar, planificar y llevar a cabo propuestas vinculadas a la ESI? ¿Qué nos pasa por el cuerpo a la hora de pensar la ESI? Las respuestas son variadas. Pero es importante aclarar que, abordar contenidos vinculados a esta ley, es más que planificar tres jornadas anuales en las escuelas. Sí, es cierto, los cambios y las transformaciones son progresivos. Pero esta ley está en vigencia hace catorce años y como Profesionales de la Educación, debemos asumir nuestras responsabilidades y obligaciones. 

Abriendo el diálogo, conversando entre colegas, compartiendo inquietudes, dudas, interrogantes, malestares, reflexiones, observaciones. Tendiendo puentes y poniendo el cuerpo. Porque la ESI ante todo es eso, poner el cuerpo. 



NI UNA MENOS en las Escuelas
"En la vida cotidiana de la institución educativa tiene lugar un proceso de construcción de un orden pedagógico que contribuye a definir y conformar sujetos femeninos o masculinos a través de la transmisión de un caudal específico de definiciones y relaciones de género, que van pautando modos de comportamiento aceptados o no para cada género. 

Pero al mismo tiempo la escuela puede aportar a la transformación de las bases culturales, modificando aquellas concepciones y prácticas que se reproducen a través de las matrices simbólicas y promoviendo iniciativas orientadas a generar condiciones para la igualdad de derechos y la convivencia saludable entre los géneros. 

Es necesario revisar los modos de vínculo en las aulas, los usos del lenguaje y otros aspectos de la organización de la vida escolar cotidiana. La escuela entendida como ámbito protector de derechos tiene la responsabilidad de intervenir frente a todo tipo de vulneración (maltrato, violencia o abuso sexual) que pueden padecer los niños, niñas, adolescentes y jóvenes. Según normativas expresas, le cabe acompañar y denunciar situaciones de violencia sufridas por las y los estudiantes dentro o fuera del establecimiento escolar. Es importante que las y los docentes puedan poner luz sobre estas situaciones, que a veces pasan inadvertidas para la mirada institucional que se acostumbró a que “las cosas siempre fueron así”. 

La escuela es el ámbito de encuentro de los estudiantes con otros varones, con otras mujeres y distintas diversidades. En el tránsito por la escuela secundaria, las y los jóvenes vivencian sus primeros amores, el inicio de relaciones sexuales y la resignificación de sus vínculos en relación con sus pares, con los adultos referentes y con su entorno en general. En algunos casos se producen a esta edad maternidades y paternidades. En este contexto, los adultos deben poder acompañar estas situaciones y otras para ellos novedosas, como las modalidades de interacción personal que resultan del uso de las redes sociales y de las nuevas tecnologías; ellas pueden suscitar situaciones riesgosas en cuanto a la intimidad y la posible vulneración de derechos. 

Se propone en consecuencia que la escuela eduque en valores y en actitudes de respeto a la intimidad e integridad de las personas, y que promueva asimismo una sexualidad responsable. 

Los y las docentes que trabajan con adolescentes deben poder reconocer estas problemáticas y darles lugar en el aula, brindar orientación a temas como la coerción a la iniciación sexual y las presiones del grupo de pares. Asimismo, es importante que el o la docente posea información sobre recursos locales que abordan la problemática de la violencia y la protección de niños, niñas y adolescentes para su apoyo y derivación. 

La Ley Nº 26.485 de Protección Integral para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra las Mujeres en los Ámbitos en que Desarrollen sus Relaciones Interpersonales garantiza todos los derechos reconocidos por la Convención para la Eliminación de todas las formas de Discriminación contra la Mujer. La Ley Nº 26.061 de Protección Integral de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes reconoce su derecho a la dignidad, a no ser sometidos a trato violento, discriminatorio, vejatorio, humillante, intimidatorio, ni a forma alguna de explotación económica, torturas, abusos o negligencias, explotación sexual, secuestros o tráfico o a condición cruel o degradante. En caso de tomar conocimiento de malos tratos o de situaciones que atenten contra la integridad psíquica, física, sexual o moral de un niño, niña o adolescente, los miembros de establecimientos educativos y de salud son legalmente responsables de comunicarlo a la autoridad de Protección de Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes."

Extraído del documento "Educar en Igualdad: 
Prevención y Erradicación de la Violencia de Género - Año 2017

¿Cómo podemos abordar el Ni Una Menos en Primer Ciclo?
Es responsabilidad y obligación de la escuela promover espacios para que les niñes puedan transformar concepciones y prácticas arraigadas que reproducen estereotipos de género o fomentan vínculos desiguales entre varones y mujeres.

Desde los primeros años, niños, niñas, niñes reciben innumerables mensajes por parte de la sociedad cargados de prejuicios y estereotipos de género, que van tejiendo y construyendo modos de ser, de pensar y de vivir. Son estos mensajes, los que van moldeando la subjetividad de les niñes, que construyen así, modos de ser, de vincularse consigo mismos y con les otres. 

La escuela, se convierte así, en el espacio fundamental para el aprendizaje y desarrollo de prácticas sociales que tienen a les niñes como protagonistas y sujetos de derecho.  

Por un lado, podemos abordar el tema teniendo en cuenta los Lineamientos Curriculares de Educación Sexual Integral para el Nivel Primario. Dentro del bloque “La relación con uno mismo y con los demás”, podemos abordar la cuestión de Género analizando la relación con la familia.

- Los roles en las familias.
- La comparación de cómo se distribuyeron en las distintas generaciones las tareas que desempeñaban o desempeñan los abuelos y las abuelas, y de los padres y madres, en el hogar, cuando eran chicos y de grandes.
- Las distintas responsabilidades asumidas en la familia por sus integrantes.
- La cooperación y el trabajo compartido.
- Igualdad de oportunidades entre varones y mujeres en la realización de tareas de distintos ámbitos.

Por otro lado, es importante remarcar que, como profesionales de la educación, debemos ofrecer a nuestros estudiantes, diversas propuestas que promuevan la igualdad de oportunidades entre varones y mujeres en la realización de tareas grupales, juegos, deportes o expresión de sentimientos.

De nada sirve, trabajar un contenido de los lineamientos curriculares E.S.I. sobre género y estereotipos, si a la hora de preparar la escenografía para un acto, por ejemplo, solicitamos la ayuda de nuestros estudiantes varones, porque “los varones tienen más fuerza”. Si bien es cierto que muchas veces, los varones de los grados más grandes de la escuela primaria, suelen tener contexturas óseas más grandes, lo importante es no naturalizar estas creencias y abrir el diálogo hacia el grupo para que sean lxs estudiantes lxs que puedan decidir.


¿De nada sirve o favorece el reflexionar de las propias prácticas y el trabajo institucional?

Pensemos en los recreos, en los sectores de juegos. ¿Cómo los organizamos? ¿Aún conservamos los "espacios de juegos para nenas", por un lado, y "juegos de nenes" por otro?

Observemos nuestros discursos a la hora de analizar la vestimenta o los colores que usan les niñes...¿seguimos asociando el rosa con las nenas y el celeste con los varones?

Pensemos en esta situación: Juana y Maxi, son estudiantes de séptimo grado. Ambos tienen el pelo largo y suelen usarlo suelto. Desde la conducción de la escuela, le exigen a Juana que vaya a clases con el pelo atado. OK, perfecto. ¿Y Maxi? ¿Por qué para él la exigencia no es la misma?

¿Cómo puede sentirse una estudiante, si por un lado tiene una maestra o maestre que abre espacios para la reflexión y análisis de prácticas estereotipadas, y por el otro otro, un docente que le dice "no te sientes así, vos sos una señorita"?

Trabajar con la Ley de Educación Sexual Integral implica una profunda revisión y reflexión de nuestras propias prácticas docentes. 

¿Cómo me vinculo con les estudiantes? 
¿Cómo nos formamos en la entrada y salida de la escuela?
¿Seguimos reproduciendo prácticas arcaicas formando en dos filas, nenas por un lado, varones por el otro? 
¿Seguimos mirándonos las nucas o abrimos una ronda y nos miramos a los ojos? 
¿Cómo son las clases de Educación Física? 
¿Los varones fútbol y las nenas volley? 
¿Cómo nos paramos frente a un grupo cuando surge un conflicto entre pares? ¿Sancionamos o invitamos a la reflexión, apelando a la palabra?
¿Cómo reaccionamos cuando vemos a dos niños de segundo grado dándose un beso?
 ¿Cuáles son nuestras intervenciones a la hora de observar los cuadernos y las carpetas de nuestres pibes?
¿En quiénes hacemos más foco a la hora de hablar de “prolijidad”?
¿Cómo intervenimos cuando escuchamos a un grupo de niños de quinto grado decir “no llores maricón, pareces una nena”?

Parte del trabajo consiste en tomar cada una de estas situaciones que solemos vivenciar en las escuelas, analizarlas colectivamente como institución, reflexionar juntes, abriendo el diálogo, para pensar estrategias y modos de articular con las distintas disciplinas y áreas el trabajo transversal. 

Claro que incomoda laburar con perspectiva de género. Pone en revisión nuestra propia historia personal, porque nos atraviesa como personas, como seres humanos, como sujetos sociales y nos invita a cuestionar y repensar los modos con los que fuimos criades, grandes y chicos. Nos invita a preguntarnos cómo nos vinculamos con nuestro cuerpo, con les otres y con la realidad que nos rodea.

Claro que es incómodo. Pero abracemos la incomodidad juntes y sigamos repensando la escuela, abiertes al diálogo y a la capacitación permanente en cuestiones de género. Porque para decir #NiUnaMenos, la escuela debe asumir fuertemente su compromiso para que esta ley se lleve a cabo de manera eficiente en cada una de las instituciones educativas de nuestro país.

Porque para decir #NiUnaMenos, es necesario revisar y cuestionar las prácticas docentes e institucionales, y construir proyectos institucionales que articulen de manera transversal la ESI en todas las disciplinas y en todos los niveles educativos.

Porque para decir #NiUnaMenos hay que hablar de nuevas masculinidades e infancias libres. Libres de mandatos sociales impuestos por la sociedad y las familias, libres de estereotipos, libres de violencias, libres de discriminación, libres de invisibilización, libres de miedo.

Para decir #NiUnaMenos, les adultes debemos enseñarles a los varones que llorar está bien y es sano. Que sí, que los chicos lloran, que expresar los sentimientos los hace seres humanos.

Para decir #NiUnaMenos, hay que aceptar y respetar las elecciones que hacen lxs niñxs sobre sus gustos, los colores que utilizan, las prendas que llevan y los juegos que eligen. Los juegos y juguetes no tienen género, son sólo juguetes.

Porque para decir #NiUnaMenos, hay que dejar de criar príncipes y princesas y comenzar a pensar a les niñes como sujetos de derecho que están en construcción de su autonomía. 

Para decir #NiUnaMenos hay que llevar a las aulas y las escuelas los debates actuales en torno a la despenalización y legalización del aborto, porque sobre nuestro cuerpo, decidimos nosotras. 

Para decir #NiUnaMenos, familia y escuela debe construir de manera conjunta caminos libres de violencias, desigualdades, mandatos y estereotipos, para el aprendizaje y desarrollo de les niñes.

Porque es desde la participación activa y colectiva de docentes y colegas, desde la escucha atenta y afectiva hacia las demandas de nuestres estudiantes, desde el encuentro, la capacitación permanente y la reflexión constante de nuestras prácticas, que construiremos un lugar para que las infancias se desarrollen sin violencias y en libertad.

¿Qué puedo hacer ante una situación de violencia?
Ante una situación de violencia o abuso, no dudes en llamar:

- Atención a víctimas de abuso sexual infantil: 0800 - 222 - 1717

- Atención a mujeres y comunidad LGTBI+ en situaciones de violencia: Línea 144

- Denuncia de Trata de Personas: Línea 145

- Atención a víctimas de violencia en CABA: Línea 137




¡Seguimos en contacto!

Seño Luciana




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Fuentes:

Lineamientos Curriculares para la Educación Sexual Integral

Documento "Educar en Igualdad: Prevenciónn y Erradicación de la Violencia de Género" https://www.argentina.gob.ar/sites/default/files/cartilla_educar_en_igualdad.pdf

Ni Una Menos, desde los primeros años. Educación en Géneros para Infancias Más Libres, Cecilia Merchán y Nadia Fink, compiladoras. Chirimbote y Las Juanas Editoras - Año 2016.

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